domingo, 17 de junio de 2007

Dos varas de medir

Dos varas de medir

Siempre me ha llamado la atención la forma en la cual, las personas interpretan las leyes de forma distinta y no por razón de sexo, ni de raza, si no por la forma en que esa ley le afecte, directa o indirectamente.

El tema podría ser muy amplio y aplicado a todos los sectores y capas de la sociedad, pero yo lo voy a limitar a lo que a mi y a mi profesión me afecta que al fin y al cabo es lo que por extensión podría interesar a algún compañero de los que compartimos el mismo fin.

Por supuesto que me estoy refiriendo a las leyes laborales y no a las del código penal, que eso son palabras mayores, y que por consiguiente su incumplimiento se castiga como falta, de leve hasta de muy grave, aunque estas y en raras ocasiones puedan convertirse en delitos, pero no voy tan lejos.

El tema en cuestión son de nuevo las horas extras, de cómo una misma ley para todos los trabajadores como es la que define el Estatuto de los Trabajadores en su artículo, 35, puede ser interpretada dependiendo de lo que a una persona en concreto le interese.

Pero eso no sería lo mas grave, si no el de recriminar al contrario si este se atreve a cuestionar de alguna manera tu posible comportamiento fraudulento.

O sea que si yo soy partidario de incumplir esa ley que me impide sobrepasar las 80 horas extras anuales, a pesar de ser yo el presunto infractor, recriminaré al que se atreva a recriminármelo a mi, y así le quito su derecho legal y constitucional que tiene todo trabajador a defender sus derechos denunciando a los presuntos infractores.

Pero es que además, los presuntos infractores tiene la “habilidad” de camuflar su presunto proceder fraudulento, denunciando a otros que al igual que ellos cometen, si no la misma supuesta infracción, otra distinta, pero de igual castigo y gravedad.

De tal forma que nos encontramos con la siguiente disyuntiva:

Que, unos interpretan las leyes a su medida y antojo. “Los mas listos”.

Mientras que otros la interpretan al pie de la letra. “Los mas tontos”

Tal como ha pasado siempre.

Por eso, los que interpretamos que la Ley dice que realizar mas de 80 horas extras al año está prohibido y lo cumplimos y que si nos atrevemos a criticar de alguna manera y por el motivo que sea a los que interpretan la misma Ley de otra manera, somos nosotros los malos de la película.

Ironía: ¿Qué derecho tiene un trabajador que cumple la norma, a recriminar a un compañero que no la cumple, aunque dicho incumplimiento le perjudique, aunque solo sea en la penosa imagen que pueda dar por quedarse dormido en el trabajo?.

¿O qué podrá pensar un funcionario con una jornada diaria de 6 ó 7 horas y 35 a la semana, (Y con eso mantiene a su familia, o se busca otro trabajo, pues la Administración no paga horas extras) cuando sale de trabajar y cuando vuelve al día siguiente encuentra al mismo vigilante que ha empalmado varias jornadas y aun sigue en el puesto?.

Hipocresía: O sea que, se puede estar dando el caso de que una persona que realiza un montón de horas extras cada mes, dando lugar a que entre dos mas como el, le estén quitando el puesto de trabajo a una persona y al mismo tiempo denunciar a un intruso con el mismo argumento (cuando la verdadera razón y única sería la de practicar el intrusismo) a eso le llamaríamos interpretar las Leyes por “el ancho del embudo”.

En lo que a mi respecta pienso que si una persona se quiere matar a realizar horas extras de forma voluntaria, es su problema, pero al mismo tiempo también pienso que esa es la causa principal por lo que nunca vamos a tener un convenio colectivo decente.

Saludos.

M. Álvarez.

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