jueves, 26 de agosto de 2010

En Huelga de hanbre

Deberíamos tener siempre presente una máxima innegable: “Para que unos pocos se puedan pegar la gran vida, muchos otros deban de vivir como esclavos, no digamos ya morir como ocurre en algunos paises africanos, ricos en diamantes, Oro, y otros metales de gran valor para las nuevas tecnologías.

La historia de la humanidad está plagada de casos donde Reyes, Dictadores y en la actualidad, “El Mercado” tienen sometidos a los pueblos, por el bien de ellos mismos, o sea, siempre practicando la, “Ley del Embudo”.

En la actualidad, que un trabajador se ponga en Huelga de hambre, para reivindicar sus derechos laborales, esperando que la empresa se compadezca y le conceda sus legítimos derechos es un sueño y solo eso un sueño que al despertar se desvanece.

Sin embargo si hay personas que se pueden compadecer y entender y son sus propios compañeros que en teoría estarían sufriendo las mismas injusticias, por lo tanto son a ellos a quien abría que dirigir los lamentos y son ellos los que en solidaridad con la persona que ha tomado la iniciativa deberían al unisono secundar, sin necesidad de ponerse al igual en Huelga de hambre, pera si de Huelga y obligar así a la empresa a ceñirse a la Ley.

Pero si como viene siendo habitual, no solo en este caso, si no en todos los que se han presentado, los propios compañeros, incluido el Comité de empresa, en lugar de solidarizarse, mas bien parecen ponerse en contra, incluso sentirse molestos y desairados por verse en franco, fuera de juego, el asunto se complica en proporciones incalculables,

Y ese es el quis de la cuestión. ¿Merece la pena arriesgar la vida con una huelga de hambre, para que luego se beneficien aquellos que de alguna manera contribuyeron en la pérdida de los derechos reclamados?.

Suerte y mis mejores deseos.

M. Álvarez