Elecciones con presupuesto previo

Ahora, en plena crisis y tras los escándalos y estafas que están saliendo a la luz , producidos en todos los ámbitos de la vida, tanto pública como privada, nos vamos enterando de lo que nos está costando la democracia, lo que cobran y lo que roban, unos y otros, en suma lo que nos cuesta a los ciudadanos de a pie mantener a tanto bribón. Pongo como ejemplo que vale para todos, al Presidente del Tribunal Supremo y del Poder Judicial, señor, Carlos Dívar. Se pega fines de semana de cuatro días a gastos pagados en la Costa del Sol, para el, para los siete escoltas permanentes que usa y para los Tres coches a su disposición. Todo este gasto aparte de su sueldo mensual de miles de Euros supone un presupuesto enorme que yo no sabría cuantificar, pero que, seguro que es de varios millones de euros al año. Y como este, miles de tragaldabas chupando del bote con un coste anual para las arcas del Estado infinito, y como todos estos puestos son al parecer vitalicios, puede que roten sus inquilinos y se quiten unos para ponerse otros, pero siempre nos van a costar lo mismo, luego no entiendo como un País se puede permitir que 6 millones de trabajadores vayan al paro y los puestos de los políticos se mantengan intactos con sus correspondientes gastos, como por ejemplo los del señor, Carlos Dívar. Por lo expuesto yo propondría, una democracia con presupuesto previo, o sea, lo mismo que los partidos políticos presentan un programa Electoral, (que luego no cumplen, pero eso sería otra historia), deberían presentar un presupuesto del gasto que iban a producir en caso de ganar las Elecciones, así sabríamos de antemano lo que nos costaría la Democracia, y por supuesto con una clausula de revisión, que en caso de no cumplir lo prometido, tanto en su programa electoral como en el presupuestos, el Gobierno incumplidor quedaría derogado de forma automática y convocadas nuevas elecciones. Puede que esta propuesta les parezca un gilipollez a algunos, pero lo que no es de recibo de ninguna de las maneras es lo que tenemos ahora, esto si que es un fraude de democracia, donde casi todos mienten y casi nadie cumple lo prometido