Lo liberados sindicales, llamados “institucionales”, o sea, fuera de lo que establece el Estatuto de los Trabajadores como un derecho sindical, pueden ser en su mayoría, una lacra para el buen sindicalismo que, mas que representar a los trabajadores, que no son los que los han elegido, representarían a quien los ha liberado, o sea, a la empresa, y lo mismo que los puso, ahora los quita, bienvenido sea. Queremos sindicalistas puros, honestos y honrados, nombrados por los propios trabajadores.
El secretario de Organización de UGT no oculta que el recorte ha tenido un efecto purga:"En algún caso ha servido para eliminar situaciones encubiertas que no conocíamos, acuerdos a los que se había llegado de que se liberase a Fulanito o Menganita... Digamos que ha obligado a todo el mundo a estructurarse y se están aprovechando mejor las horas".
El País, 01/10/11, (Cuando el sindicalismo deja de ser profesión)
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